El cuidado de los recursos humanos, más allá del rendimiento laboral, es un gesto que denota empatía y compasión.

Cualquier manual sencillo de biología nos dice que los organismos vivos reúnen ciertas características, siendo las más importantes las de la necesidad de ser nutridos, de crecer, de multiplicarse y relacionarse en un intercambio básico de materia y energía. Algunos son más simples y otros más complejos, pero todos tienen un sistema de funcionamiento ordenado y coherente; se relacionan con el entorno y con otros organismos, y estas relaciones condicionan su existencia. Asimismo, cumplen una función.

Si algo falla suelen tener sistemas de regulación y «reparación» hasta un límite; si se traspasa ese límite pueden dejar de cumplir su función y morir. Dado que las organizaciones están compuestas de seres humanos, apelar a este simple principio orgánico nos ofrece una perspectiva muy completa y riquísima en matices a la hora de analizar las empresas y las organizaciones, y sobre todo en tiempos de crisis y cambios.

Un sencillo ejemplo: El del empresario que pretende quiméricamente que su empresa siga como siempre y, ante los cambios, se esfuerza en que todo continúe igual. Si eso mismo lo llevara a la vida de su hijo, jamás lo vería crecer. ¿Qué haría para impedir que sus huesos crecieran, que sus músculos se desarrollasen, que su cerebro sea más potente? No se puede ir en contra de la naturaleza, no se puede ir en contra de la inteligencia implícita presente en los procesos orgánicos, no se puede ir contra el curso fluido de los acontecimientos y de la historia.

Y otra cosa, cualquier empresario debe saber que, como en la naturaleza, no existe el «punto cero»; es decir, «o se crece o se merma», por lo que la condición natural de cualquier empresa sana es el crecimiento; la de la insana, la pérdida. Es cierto que muchas empresas insanas han sobrevivido en tiempos de bonanza por mera inercia, pero cuando aparecen los tiempos duros es cuando se debe demostrar el vigor y la salud, y en este marco solo una empresa sana es capaz de avanzar y crecer.